viernes, 31 de enero de 2014

¿DESENCHUFAS O CONECTAS?


La conexión,... qué bonita palabra,...
Todo se reduce a eso para sentirnos bien.

Y seamos conscientes o no, a todos nos gusta sentirnos conectados; puede ser con nuestra pareja, con nuestro hobby, con nuestra profesión, con un buen amigo, con objetos a los que les tenemos cariño,... conectados a algo, sean ideas, personas u objetos.

Con las personas resulta sencillo si sabes escucharte a ti mismo,...
Inmediatamente sabes cuando tienes delante a una persona con la que conectas y que seguramente compartas valores parecidos.

Si no sabes escucharte a ti mismo te relacionarás con gente pero sin saber por qué, no te sentirás pleno, y eso es por una razón, porque no has conectado auténticamente con el otro, porque no lo has escuchado atentamente.

Y es esencial saber qué nos gusta en los demás, qué actividades nos motivan, qué valoramos, con qué objetos experimentamos sensaciones agradables,... desde un libro, buena música, tu plato de comida favorito, una prenda de ropa de calidad,... ¡lo que sea!.

Lo sabes porque te sientes bien y en consecuencia tienes emociones positivas.
Parece lógico pero muchas veces lo olvidamos y vivimos en un estado narcotizado.
Y elegimos por obligación, por distracción, por conveniencia, por comodidad, por obsesión, por interés,... y ahí es cuando salta la alarma.

De niña siempre fui muy curiosa y cuando tenía sobre 7 años, hice una gran travesura de la que me acordaré toda mi vida.

Metí un tenedor en un enchufe ¡¡ahí es nada!!.

Los profesores de la escuela hablaban de ello todo el tiempo como algo extremadamente peligroso y que jamás jamás había que hacer,...

- ¡¡ni se os ocurra meter un objeto metálico!!
- ¡¡nunca meter un tenedor!!
- ¡¡ojo con el tenedor!!

¿Por qué lo repetían tanto? Claro,...
Lo que pasó fue que en mi cabeza sólo pensaba en :

tenedor, tenedor, tenedor, enchufe, tenedor, enchufe, enchufe, tenedor, enchufe,...

Ya desde tan pequeña obsesionada con experimentar,...

Te imaginas lo que pasó ¿no? que yo no iba a quedarme sin saber qué pasaba con el objeto punzante y recibí una descarga,... no cualquier descarga,no,no,... una descarga bestial, peor descomunal, lo recuerdo como algo acojonante,... y ahí entendí,... claro, ¡¡cómo no entender!!

Mi conclusión es que cuando conectas con algo, lo sabes, lo notas, porque recibes un "chute" de energía que te lo hace saber,... no te sacude taaanto como una descarga pero te sacude.

En la carrera de arquitectura me he encontrado con muchos profesores que tenían unas creencias muy definidas de lo que buena arquitectura y unas preferencias respecto sus arquitectos favoritos.

Muchos intentaron educarnos con esos arquitectos favoritos y mientras tanto, se olvidaban de otros muchos.

Lo bonito de esta carrera es que hay todo un mundo por explorar, infinitas obras de arquitectura por analizar, distintas corrientes arquitectónicas que entender, diferentes puntos de vista respecto de hacer arquitectura, diversos arquitectos con sus diversas teorías y suma y sigue,...

Cuando lees, estudias, vas a cursos, hablas con estudiantes de otros países, compartes información con los demás,...te das cuenta de que no hay un punto de vista único y que cada uno entiende las cosas de una manera muy divergente. ¿Y cúal es la correcta?

Pues todas y ninguna. Simplemente la que te dé el "chute" de energía del que hablaba antes y te recargue las pilas, ni más ni menos.

Tenemos que valorar a "tal" arquitecto e infravalorar a "tal" otro,...

Pero en el camino vamos aprendiendo a formar nuestro criterio, a cambiar de opinión, a saber cuáles sí y cuáles no, a razonar y a probar diferentes caminos según nos funcionen o no o sean acordes a nuestro hacer.

Escuchar afuera es prestar atención a lo que nos están contando y reflexionar sobre ello.

Escuchar adentro es prestar atención a lo que nos cuenta nuestra yo, y puede o no ser independiente de lo que nos cuenten afuera.

Todos queremos y necesitamos esa inyección de entusiasmo que nos hace sentirnos conectados y querer ir a por más,...

Pues busquemos nuestro enchufe ¡¡YA!!

miércoles, 1 de enero de 2014

¿COLORES O GRISES?




A veces me pongo a pensar por qué el color no tiene mucha importancia en estos tiempos que corren para según qué disciplinas y por qué en la arquitectura especialmente no se toma demasiado en serio.

 Está claro que hay cosas muy importantes, aspectos funcionales, de programa, aspectos económicos, estructurales, constructivos,... que si no funcionan correctamente el proyecto puede traer consecuencias desagradables,... sí,... eso es impepinable.


Es como un asunto menor, y eso es lo que me han transmitido en mi formación.


La verdad es que yo introduzco el color siempre que puedo en mi vida; eso sí, mezclándolo con cuidado pero también atreviéndome.


Aunque no os voy a engañar, no he sido siempre así, tuve una época bastante larga en la que odiaba el color. Lo veía demasiado provocativo y escandaloso.


En cuanto a mi vestuario, nunca quería llamar la atención y  siempre quería pasar desapercibida, mis colores en aquella época eran el marrón oscuro, el negro y el gris.


Nada de estampados ni de cosas muy extravagantes, todo monocromático y poco vistoso.


Hasta mi hermana un día me lo hizo notar, pero para mí era una sobriedad que me gustaba y me caracterizaba.


Hace unos años he vuelto al color y además a lo grande, me encanta y además lo asocio con la alegría, el entusiasmo y las personas positivas y felices.


No quiero decir que lo contrario tenga que ver con el pesimismo pero en mi caso sí fue así.


Curiosamente no me apetecía vestir ni mezclar colores vivos porque mi estado de ánimo era bajo. Y al vestirme de forma sobria me era más fácil mantener una compostura, mostrándome poco receptiva y pocas veces desinhibida, bloqueando mi espontaneidad natural. El no color justificaba mi tristeza.


El carácter de cada uno es el que es, pero que el color influye en nuestro estado de ánimo es algo de lo que se ha hablado mucho e incluso se han hecho estudios asociando cada color a unas emociones determinadas.


No hace mucho vi un documental respecto a estas teorías y me pareció precioso. Qué poco sabemos de cada color y lo que representa tanto a nivel de emociones como a nivel de simbología o incluso cómo se han utilizado en varios países en representación de algo importante que los caracteriza.


Y yo me pregunto,... ¿por qué teniendo al alcance esta herramienta no intentamos utilizarla a ver qué pasa?

Es una de las opciones que tenemos de entre muchas de provocar emociones en nosotros, en nuestro entorno y también en la arquitectura.

Ahora bien, es muy importante conocer y entender bien el color; en fotografía, publicidad, bellas artes y en muchas más disciplinas se utiliza de forma muy cuidadosa porque de lo contrario puede dar un resultado desastroso.


Hay muchos artistas que han hecho de él su sello de identidad: Jordi Labanda, Andy Warhol, Agatha Ruiz de la Prada,...


hace unos días ví por la calle a un hombre de avanzada edad que me llamó la atención por su porte distinguido. Yo estaba sentada en una terraza tomando algo y me quedé observándole durante un tiempo.


El hombre era alto, con un traje de chaqueta y pantalón gris de buen tejido y un bigote blanco que le daba un toque "dandy". Todo en él era discreto pero a la vez te atraía por su elegancia. Y paseaba como si nadie le estuviera viendo, pero con esa dignidad a lo "Bogart" que era lo que hacía que te fijaras en él.


Cuando se sentó en un banco para contemplar el mar, cúal fue mi sorpresa que al sentarse, los pantalones se le recolocaron más arriba del empeine y asomó su calcetín, pero adivinad ¡¡a rayas!! ¡¡y de colores vivos!! Cómo si fuera un niño de 3 años,...


He de reconocer que me encantó,... ¡¡qué contraste tan estupendo!! cómo me seduce lo inesperado,...


Este hombre refinado tiene que ser chispeante en las distancias cortas y seguro que es un señor divertidísimo, pensé; pero claro, para eso tenemos que ir más allá de las apariencias.


El color tiene esa cualidad, que sorprende, y cuando menos te lo esperas te da esa bocanada de aire fresco y de locura que cambia toda primera impresión.


 Cada uno se puede atrever de la forma que mejor considere, pero seguro que el color te alegrará la vida, ¡¡a ti o a los demás!!