martes, 2 de septiembre de 2014

¿CARA A O CARA B?


     Foto: Manos pintadas por Picasso (1935)

"Quien sabe solo de arquitectura, no sabe nada de arquitectura" ; no sé a quien pertenece esta frase pero desde que la leí me intrigó, no lograba entenderla profundamente.

¿Cómo es posible que no sepas nada de arquitectura cuando constantemente estás aprendiendo sobre ella?

Cuando empecé a aprender esta disciplina y con el carácter obsesivo y entregado que tengo me dediqué en pleno a leer fuera de las clases todo lo que podía relacionado con la arquitectura. Poco a poco me fui olvidando de mi tiempo libre y todo se focalizó en un punto. Gran error, aunque entonces no lo sabía.

Devoraba libros, a pesar de no estar a la altura de algunos, pretendía realizar unos bocetos perfectos, dibujos que exploraban poco sino que mas bien querían imitar a los de los grandes maestros que veía en sus biografías. Las conversaciones eran siempre sobre arquitectura con compañeros de mi condición. 

Y ahora con el tiempo me doy cuenta de que ésa no era la mejor manera de aprender, o quizás era la manera del principiante, no lo sé, demasiado rígida pero necesaria para empezar en algo tan complejo. Quizás era eso. Una etapa natural que había que pasar.

A lo largo del tiempo, mi visión afortunadamente fue cambiando, madurando, volviéndose más flexible, iba descubriendo que arquitectura puede ser TODO, que todo está impregnado de ella.

Una gran dama que en realidad, está en todas partes.

Es una forma de mirar que te permite crear cosas y construirlas dado el caso para conseguir objetivos que funcionen.

Es tan abstracto el concepto que puede abarcar muchísimas cosas. 

La moda puede ser arquitectura cuyo resultado es un traje, también la danza con su correspondiente coreografía, las técnicas deportivas que desembocan en un resultado tangible, la tecnología y sus avances, el cuerpo humano con todos sus sistemas trabajando en perfecta armonía, la estética que da lugar a un maquillaje o a un nuevo peinado, las relaciones personales, las familiares, las afectivas y hasta las eróticas,... incluso un guión para lograr llevar a cabo una película, o una novela,... la concepción de un hijo, la gastronomía que nos regala el placer de lo sensorial, cualquier rama artística (escultura, pintura, dibujo,...), la fotografía que captura momentos, la jardinería, el diseño de ciudades, el funcionamiento de la mente y los comportamientos humanos,... 

Todo tiene un sistema de funcionamiento, unas reglas, pero a la vez existe un margen de creación individual que aporta la propia persona ya que todos tenemos una huella dactilar diferente y por tanto, dejamos, (queramos o no), nuestro sello en lo que hacemos, nosotros decidimos como utilizar esos conocimientos.

Visto desde esta óptica es mucho más interesante ¿no?
Porque las cosas encajonadas no pueden disfrutar de lo inabarcable si las mantienes encerradas. Es obvio. Pero como me costó comprenderlo e integrarlo.

Todo puede ser susceptible de convertirse en una idea que te lleve a crear un proyecto, te puede suceder escuchando una canción, en una simple conversación, en una situación cotidiana, en un sueño, en un libro,... es cuestión de estar super atento, ponerle creatividad y luego actuar.

Ahora sé que tenemos mucho campo de acción, que la arquitectura es multidisciplinar, eso es lo bonito y que hay espacio para todos. 

Lo que creamos habla de nosotros ¡siempre!

Y como somos seres emocionales y no racionales (por mucho que se empeñen algunos) podemos construir o destruir, a veces de forma intencionada y otras tantas de forma inconsciente, dominados por nuestro inframundo particular.

Si lo hacemos en positivo, construimos, si es en negativo, destruimos. 
Asi que, ¿qué elegimos?

¿Malas o buenas relaciones? ¿Violencia o armonía?
¿Buena apariencia o dejadez? ¿Limpieza o suciedad?
¿Paz o rencor? ¿Flores o maleza?
¿Aceptación o crítica? ¿Alegría o malhumor?

Los arquitectos tenemos 2 partes en nuestro interior, simplificando, podemos construir edificios y/o derribarlos.

Sospecho que cualquier profesión que desempeñemos en la vida siempre va a tener 2 caras.
Una vez un señor X me habló de ecuaciones que nadie quiere ver pero que lo son porque tienen la misma energía.
Los bomberos son en realidad pirómanos, los cirujanos asesinos, los banqueros ladrones, los fotógrafos voyeaurs y los psiquiatras neuróticos. Me hizo pensar y me pregunté que sería un arquitecto en su versión degradada.

Gracias a mi coach, pude identificar mi parte más irracional y destructora, y al aceptarla dejó de sabotearme. 

Es mi cara oscura, mi cara B. Y no hay que asustarse porque todos la tenemos; es mejor que sepamos que está ahí y que también somos eso. No darle mucha importancia y nunca pelearnos con ella porque nos ganará.

¡Te quiero cara B!