miércoles, 29 de octubre de 2014

¿ARGUMENTO O CORAZONADA?




 Hola corazones, nunca mejor dicho jejeje,... os acabo de dar una pista de mi opinión  acerca de este tema un poco polémico.

 Me explico; ambos son importantes pero queramos reconocerlo o no, cada uno de  nosotros tiende más hacia la intuición o hacia la racionalidad.

 Voy a hablar de arquitectura pero como siempre, lo que escribo también aplica a la vida, 
 sé que lo sabeis de sobra,...

 Yo me considero chica irracional pero liberad la mente de prejuicios por favor, con eso no  quiero decir que pase de argumentar, de razonar ni de ser lógica cuando tengo que serlo  ¡ojo!, pero soy más de sentir si algo está bien o no, de sentir si algo me gusta o no sin dar  razones, de seguir mis instintos y no tanto el sentido común, en idioma cursi, seguir a mi  alma,...

 Supongo que lo lúcido es aplicar la intuición o la razón según convenga sin agarrarnos a  una de ellas en todas las situaciones. En definitiva, saber discernir y ser flexibles.

 Con el proyecto final de carrera me pasó un poco ésto,... empecé a imaginarlo a través de  fotografías, leyendo poesía, escuchando a algún arquitecto que admiraba o a algún  personaje que valorara la belleza en todas sus vertientes independientemente de su  profesión.

 Empecé con una corazonada, una intuición, una estela que me empeñé en seguir, y luego  fui aplicando la lógica, técnicas, recursos y todo lo que tenía a mi alcance para materializar  aquello que quería representar.

 Pero no siempre actué de este modo, no.

 Realmente creo que no me escuchaba y quería ser tan racional, objetiva y políticamente  correcta como algunos de mis profesores: pero no les emocionaba cuando les enseñaba  mi proyecto y tampoco me emocionaba yo. ¿Qué pasaba?
  
 Yo cumplía la normativa, analizaba el entorno donde se iba a implantar mi edificio, tomaba  medidas, calculaba el soleamiento, estudiaba referencias de otras obras, leía acerca de la  tipología edificatoria, tomaba fotos de la parcela,... Y salía algo "correcto" sin más.

 No sabía desmelenarme, porque me daba miedo ser,... ridícula, no ser adecuada. Yo que  sé, miedo a ser yo.

 Reconozco que han habido pocos profesores que me hayan inspirado, quizá puede que yo  tampoco les haya inspirado a ellos.

 Hasta que llegó mi último proyecto, ahí partí de la emoción, fue mi punto de partida y me  salió bien, a la primera corrección convencí a mi tutor a pesar del temor que me entraba  cada vez que tenía que hablar.

 Me siento mucho más libre escribiendo, expresándome de otras maneras distintas al  lenguaje hablado.

 Él dijo una frase que recordaré siempre: Hay proyectos que tienen alma y otros que no.

 ¿Y de qué depende eso? Yo creo que del entusiasmo, cuando algo de verdad te gusta, te  gustas y lo irradias al otro,... y llega. Has de ser sincero, no fingir, no obligarte a nada que  no sientas o creas a pesar de lo que digan los profesores u otros arquitectos, cuestionarlo  todo y encontrar tu "MANERA DE HACER".

 Yo lo he conseguido pero fracasando muchísimas veces, equivocándome.

 Mi proyecto final me enseñó que la arquitectura es como un traje, te tienes que poner el de  tu talla, el que te haga sentir cómoda porque si no, aprieta, duele y te pone cara de malas  pulgas.

 Fue un museo de moda ¡¡no podía haber sido mejor!! jajajaja,...

 No puedes serte desleal.

Y aquí os dejo con 3 frases que refieren al mundo emocional, arquitectónico y artístico.

 "Los argumentos te pueden llevar a un determinado punto, pero más allá de éste, son  necesarias las corazonadas" (Místico indio Osho).

"La arquitectura se nutre de cosas ajenas... " (Arquitectos Ayala).

"El común denominador el cual el artista debe dirigir su expresión es lo sensual" (Rothko).

 Yo ya encontré mi lugar, soy más de corazonadas y lo digo alto y claro,.. 
¿Y tú de qué eres?

sábado, 4 de octubre de 2014

¿FIRMEZA O FLEXIBILIDAD?



¿Qué pasa cuando alguien coarta tu libertad? ¿Cómo te sientes?¿Acatas y bajas la cabeza o dices: ¡eeyy!?


No todas las situaciones son iguales ni requieren siempre un mismo grado de rebeldía o de obediencia. Es bastante complicado reducirlo todo a estas dos palabras; de hecho, no se puede. Hay diferentes grados y el punto medio se llama negociación.

Pero en general, todos actuamos siguiendo más una pauta que otra,…si te sale de forma natural ceder ante otro o agarrarte a tu opinión.
¿Qué cualidad crees que es la predominante en ti?

Está bien ser dócil, manso,… pero la moneda tiene dos caras,… a veces puedes caer en la manipulación o en la inseguridad,… 

También es posible que surja en ti una irreverencia, un atrevimiento con ciertas situaciones y te niegues a seguir patrones que no van contigo pero que se siguen, por eso son patrones. Y ahí eres sumamente obstinado.

¿Qué tiene de bueno cada cualidad? ¿Qué te está diciendo cada una de ellas?

A veces nos juzgamos y decimos:
No tendría que haber dicho/hecho ésto o aquéllo.
Y uno mismo puede ser su mayor juez o su mejor amigo. Hay personas a las que les es más fácil ser amigables con ellas mismas y otras que se juzgan con dureza. 

No puedo evitar relacionar todo esto con la acción de crear.

A veces, te empeñas en hacer algo, y te encabezonas tanto que quieres que todo encaje,… pero ¡no encaja! Y tú,… sigues sin ver por qué.
- ¿Qué no lo ves? Te dice alguien.
- No, no lo veo.
- ¿No te das cuenta de que esto no cuadra nada con lo que hay?
Y cuando te explica los motivos dices:
- ¡Aahh! Pues es cierto,… 

¡Uf! ¡Qué momento de lucidez! ¡Es maravilloso!
Cuando por fin ves la luz,…

Es tan enriquecedor compartir diferentes puntos de vista y que otros vean lo que tú no ves y que arrojen luz en tu asunto y en otro momento arrojar tú luz en los asuntos de ellos. 
¡Eso me encanta! 

Otras veces, te arriesgas poco y te sientes cómodo ahí, pero alguien lo ve y te hace una simple pregunta peleona de esas que desbaratan:
- ¿Y esto por qué lo has hecho así y no de esta otra forma?
- Eehh,… pues no me lo había planteado. Gracias por tu opinión.

Eso es docilidad, apertura, receptividad… Y con esa actitud creces.

Otras veces tienes las cosas muy muy claras respecto algo y para ti es así,… rechazas los consejos y las sugerencias, no te es difícil mantenerte firme, terco incluso. Y además estás seguro 100% de que funcionará. ¿Te ha pasado alguna vez?

Si lo miras bien, esa testarudez te está diciendo que quieres entender por ti mismo, experimentar por ti mismo, cuestionar las cosas dadas para probarlas y decidir en base a tus valores, preferencias o intenciones.

Eso es rebeldía, valentía, fidelidad a uno mismo. Y con esa actitud creces.

Yo siempre me hago una pregunta cuando mi rebeldía natural asoma por la puerta:
¿Me siento achatada y reacciono o realmente lo tengo claro y elijo decir no?
Porque es diferente observar y responder que reaccionar.

Cuando estoy en un estado de complacencia, me vuelvo a preguntar:
¿Me acomodo a las circunstancias o realmente me siento libre de hacer lo que elijo hacer en este momento? 

En ambos casos, opino que se crece,… equivocándote, rebelándote, confiando, desconfiando, cuestionando, entendiendo, aceptando, recibiendo,...

En la escuela cuando corregíamos los proyectos, teníamos que ser capaces de defenderlos a capa y espada y expresar nuestras ideas con convicción pero a la vez ser también ser permeables o receptivos a las explicaciones de nuestro tutor que pretendía sacar más jugo al proyecto. 

Yo casi siempre me posicionaba en uno de los dos extremos, me costaba encontrar el punto medio.

Si creas,… cualquier cosa vale,… es probable que descubras muchas cosas de ti mismo,… como me ha pasado a mí,... 

¿qué haces que no empiezas?