domingo, 1 de junio de 2014

¿PATINAJE O NATACIÓN?



Os preguntaréis: ¿Y qué tiene que ver la arquitectura y el deporte?
Bueno, ya me conocéis, yo encuentro conexiones donde quiera que ponga el ojo jajaja.

Siempre he sido buena nadadora, de hecho me apasiona nadar, desde pequeñita ya mi madre me lanzaba a la piscina sin flotador para que me espabilase.

Y hoy en día, soy adicta a hacer largos en la piscina (y si se tercia en el mar) sin parar, sobre todo cuando estoy estresada. Como es algo que me relaja no paro hasta que mi cuerpo me dice: ¡stop!

Y he practicado muchos deportes en mi vida hasta saber exactamente cuál era el que más se adaptaba a mí; patinaje, baloncesto, gimnasia rítmica, baile contemporáneo, atletismo, natación, yoga, tenis,... e indudablemente me quedo con el agua, elemento que también pertenece a mi signo zodiacal, casualidad o no tanta.

Desde siempre me ha llamado la atención este tema del zodiaco como algo divertido pero cuando descubrí que existían profesionales que se dedican a ello de forma seria, libros bien documentados, gente con la cabeza muy bien amueblada hablando de ello de forma muy reflexiva dejé de ser menos escéptica, aunque tengo que reconocer que esta faceta mía la mantengo un poco en secreto.

Como decía "Einstein", la ignorancia es muy osada y si estás abierta y receptiva a lo nuevo, investigas, profundizas y experimentas al final descubres cosas que hacen que te descubras tú. Y creo que así es.

He puesto un ejemplo claro de como la curiosidad hace que mires las cosas desde perspectivas diferentes.

"Einstein" también decía de sí mismo que no tenía ninguna capacidad extraordinaria, sino que tan solo era extremadamente curioso.

Soy fiel defensora de la gente que se atreve, osada, audaz, rebelde, original, aventurera, buscadora,... aunque hay muchas formas de serlo y no todas son visibles al exterior.

Incluyendo miedos e inseguridades que tenemos todos, valoro mucho lo que yo llamo coeficiente de agallas, aunque sea pequeñito. Todo lo pequeño se hace grande algún día, si se lo permites.

Cuando empecé con la natación, lo hice por cuestiones de salud y a la segunda brazada ya no podía más, pero me puse como meta hacer 10 largos por día. Terminaba sin poder respirar y con cansancio todo el día, pero continué.

Así estuve un tiempo hasta que conseguí nadar todos los días durante una hora sin descanso. Y ahora me encanta y lo disfruto.

Con el patinaje me pasó un poco lo mismo, al principio tenía pánico de coger velocidad y hacer piruetas pero luego al lanzarme las caídas no se hicieron esperar. De culo, de lado, del otro lado, golpe en los codos, golpe en la cadera, golpe en las rodillas y el golpe por excelencia, en la rabadilla ¡uf! como duele el maldito.

Y claro, esos moratones fueron mis fieles compañeros de viaje durante toda mi etapa roller. Cuando te has caído tantas veces ya no quieres caerte más y dejas de intentar, te vuelves prudente y patinas despacito y haces los ejercicios que dominas y solo esos.

Es difícil arriesgar cuando uno tiene poca experiencia, se ha caído muchas veces, se ha hecho daño y empieza a temer esa sensación. Entonces, se agarra a lo conocido. Es humano.

También tenemos que contar con eso, con los obstáculos y con nuestras limitaciones.

Lo más difícil es sostener la incertidumbre de: ¿lo sabré hacer?
Lo más difícil también es empezar.

Cada proyecto siempre es un nuevo reto. En arquitectura también. Y duele.

¿Y cómo se hace para llegar a hacer algo muy bien?
Yo pienso que estando abierto a todo para detectar qué es lo que hace que en verdad disfrutes. Y para eso hay que probar y probar mucho. Unos lo saben de inmediato y a otros les cuesta más.

Coeficiente de agallas para elegir lo que quieres hacer, conscientemente. 
Que parece muy obvio y fácil pero que no lo es.

Coeficiente de perseverancia para empaparte de ello hasta las últimas consecuencias y no desistir. Porque en lo que perseveras es en lo que serás bueno y en lo que abandones no lo serás.

Esas son las reglas, matizo, mis reglas. Y en ello estoy. 
Intento aplicarlas para que me ayuden en mi objetivo y como el patinaje a veces no lo consigo y como la natación muchas otras veces sí. 

Siempre intento responderme: ¿Cuáles son mis reglas? ¿vivo de acuerdo con ellas?

Intuyo que así encontraré el equilibrio.