lunes, 29 de diciembre de 2014

¿RECONOCIMIENTO O CRECIMIENTO?



Quedan unas horas para el año nuevo y empiezo el 2015 con un título el cual me ha dado para muchas reflexiones. Y me apetece compartirlas con vosotros.

En esta sociedad que nos ha tocado vivir, que aparentemente nos da libertad de expresión, opinión y elección, ¿de verdad nuestras decisiones no están condicionadas por nada más que nuestro propio criterio?
Ser fiel a uno mismo no es lo habitual. La publicidad nos condiciona, la comparación, el interés, el miedo, la presión social, lo políticamente correcto, la ignorancia, la inconsciencia,...
En esencia, lo que intento transmitir aquí es que se pueden tomar decisiones en base al exterior o en base al interior, nuestro interior.

Yo este año voy a proponerme escuchar más a mi intuición, ya que cuando la escucho me habla más a menudo, y ¡me encanta!.

Lo que más me interesa es ser capaz de tomar decisiones conscientes sin dejarme llevar por otros motivos ajenos a los que yo de verdad valoro.
Cambio la competitividad por la colaboración, el interés por la generosidad y el ser popular por el éxito silencioso, entendido éste como ser cada día mejor que el anterior, estar orgulloso de la persona en la que te vas convirtiendo; y lo llamo silencioso porque no quiero que dependa del aplauso exterior, de los reconocimientos ni del éxito social.

Me he dado cuenta de que cada vez me importa más la libertad interna, sentirme independiente de todo, no apegarme a ello y no dejar que nada ni nadie determine mi comportamiento, excepto yo misma, mis valores y mis prioridades.

Necesitar el reconocimiento externo y buscar la mirada ajena en mi opinión no proporciona una verdadera libertad, y además desgasta. 

No obstante, el mundo no nos lo pone nada fácil.

Debido a una serie de acontecimientos vividos los últimos meses, he captado la diferencia entre estos dos conceptos.
Buscar reconocimiento es regalar tu poder a las circunstancias externas.
Buscar el crecimiento tiene que ver más con saber que eres un ser valioso y que vas a desarrollarte con todos los recursos a tu alcance para poder ser tu mejor versión. Depende más de tu interior.

Lo que suele pasar es que el reconocimiento genuino se lo suelen llevar los segundos, aunque no siempre de forma pública.

¿Por qué con ciertos arquitectos no siento ningún tipo de admiración aunque hayan sido reconocidos nacional e internacionalmente? ¿realmente evolucionan como personas en su trabajo o sólo les importa mantenerse en la escala del éxito a toda costa?

¿Y por qué con otros apenas conocidos y poco o nada premiados siento una conexión y una cercanía que me hace admirarlos tanto? ¿por qué con unos sí y con otros no?

¿Admiración y reconocimiento pueden ir separados?
Alguien puede ser admirado pero nunca recibir reconocimiento y viceversa, recibir mucho de éste en ausencia de admiración por la persona en sí.

Dalí, por ejemplo, figura importantísima del movimiento surrealista fue admirado por muchos, pero le faltó ser reconocido por su propio padre que lo desheredó, y sufrió desprecios de personas importantes dentro del surrealismo que lo expulsaron de determinados círculos intelectuales.
Dalí me inspira porque fue un ser que siguió siempre su visión asumiendo las consecuencias de ser fiel a sí mismo. Creció como artista y consiguió una enorme popularidad como personaje público. La lealtad a sí mismo le proporcionó notoriedad. Aunque muchos no lo crean así, puesto que también fue un provocador.

No traicionarse es de lo que hablo en este post y para ello se necesita desembarazarte de todo lo que te han dicho, desaprenderlo, "liberarse de" para llegar a una "libertad para".

Si tengo que enlazar estos dos conceptos con el proceso de una obra creativa diría que el reconocimiento está ligado más al resultado, cuando algo te sale bien, funciona y te reconocen por ello.
La admiración conecta con el proceso, un viaje en el que te descubres a ti mismo y sientes de lo que eres capaz.

¿Qué pasa si el esfuerzo de una meta ha sido importante pero el resultado no tanto?
¿Cómo te sientes cuando algo no te ha supuesto esfuerzo pero el resultado ha sido espectacular?

¿Qué te satisface más? ¿El aplauso del exterior o la persona en la que te has convertido recorriendo el camino para conseguir tu objetivo? ¿Quieres destacar o crecer?

Uno te ata, el otro te libera.

Mi propósito este año será descubrir que quiero crear, qué me da verdadera satisfacción, alegría, qué quiero que sea lo que me defina.

Quiero ser como las noctilucas, emitir luz desde mí misma aunque fuera esté oscuro.

¿Tú que quieres ser?

¡¡Feliz 2015!!

sábado, 6 de diciembre de 2014

¿MOSTRAR O ESCONDER?



¡Hola a todos!
Hoy voy a hablar de la vulnerabilidad.

Podría buscar la palabra en el diccionario y aburriros con su definición exacta, pero lo que haré será deciros lo que significa para mí.

De todo lo que he aprendido estos últimos años sobre temas humanistas y de autoconocimiento entre otros, me llamó la atención una teoría que clasifica a las personas en 3 tipos:

-los que primero hacen.
-los que primero piensan.
-y los que primero sienten.

Dada mi infinita curiosidad inmediatamente pensé: ¿qué seré yo?

Y me sorprendí a mí misma cuando creí que actuaba de una determinada manera y al observarme detenidamente me di cuenta de que actuaba de otra. Es lo que tiene el ser un poco despistada. No es fácil escucharse y entenderse.

Esta teoría dice más o menos lo siguiente:

-Si perteneces al 1º grupo, actúas en primer lugar para después pensar y luego sentir. Y lógicamente te atreves más, no obstante puedes cometer más errores, lo que implica un mayor aprendizaje y experiencia.

-El 2º grupo es más cerebral, no tan instintivo, piensan primero, luego sienten y finalmente evalúan la situación y actúan. La conclusión viene al final, todo lo contrario al primer grupo. Son más prudentes que impulsivos, necesitan asegurarse más con lo que suelen ser más eficaces.

-El 3º grupo se conecta con el mundo a través del sentir, a continuación actúan en base a sus emociones y sentimientos y por último piensan. Son los que mayor atención buscan, son menos independientes y más colaborativos que los anteriores y les gusta expresar lo que sienten antes que lo que deben, con lo que resultan más agradables para su entorno.

Toda esta información que vino a mí en un momento dado, me ayudó enormemente a comprenderme mejor y dada mi tendencia deconstructivista la desmonté, la cuestioné y la filtré después según mi punto de vista.

¿Por qué os cuento todo ésto?
 Pues porque cada persona es un conglomerado de habilidades, virtudes, defectos, inseguridades, certezas, creencias,... que la hace única.

Al igual que un edificio o una construcción.

Hemos de desgranarlo y analizarlo para saber verlo y entenderlo bien, sin cometer errores de observación, sin prejuzgarlo antes de tiempo y sin quedarnos en simplificaciones.

Cada edificio/persona muestra en una primera mirada ciertas características; en una segunda mirada otras más y en una tercera y más profunda su esencia completa.

Ahí es cuando de verdad la conoces, y para ello necesitas mirar muchas veces y hacerlo correctamente. Y por supuesto tiempo, porque no es nada fácil y el proceso está lleno de trampas.

-Si actúas, sientes y piensas, tu impulsividad te impide pensar bien.
-Si piensas, sientes y actúas, tu racionalidad te impide pasar a la acción rápidamente.
-Si sientes, actúas y piensas, tu emocionalidad te impide pensar bien.

En los tres casos, hay una virtud y un defecto. Un punto fuerte y uno débil. Una vulnerabilidad y una fortaleza.

Hay incluso hasta ejemplos de personajes categorizados en estas tres tendencias y es curioso estudiarlos para poder comprender mejor su personalidad.

Evidentemente, todo esto son teorías y habrá veces que sigamos las tres tendencias sin identificarnos completamente con ninguna, sin embargo, no está mal averiguar cúal es la dominante en uno mismo.

Cuando decimos que algo o alguien es vulnerable ¿de qué hablamos? 
Hablamos de algo que nos afecta, que nos penetra, nos rendimos a ello sin decidirlo objetivamente con la cabeza. Es algo a lo que no nos podemos resistir.
"Soy vulnerable a la belleza", "Soy vulnerable al alcohol", "Soy vulnerable a las críticas".
¿Se entienden los ejemplos?

Con ésto quiero decir que hay varias maneras de abordar un edificio de arquitectura; dando por supuesto un formación del profesional en cuestión, la actitud con la que encaras un proyecto puede ser absolutamente diferente de la de tus compañeros.

¿Por qué hay opiniones tan dispares en cuanto a qué es buena o mala arquitectura? Yo todavía no sé la respuesta y sigo intentando resolver la pregunta.

Hay actitudes tan dispares entorno a ello...

¿En qué casos se debe revestir un material y en qué casos se debe mostrar desnudo en su forma original? ¿de qué nos escondemos y qué mostramos al hacerlo?

¿Cuando apostar por el horizonte, la línea horizontal, lo infinito y cuando decidirnos por la verticalidad, la altura, el monumento? ¿qué estamos escondiendo o pretendiendo mostrar con una u otra decisión?

¿En qué casos hay que minimizar el impacto de una construcción en el paisaje y en cuales hay que destacarse?

Dejando de lado criterios y parámetros arquitectónicos que se estudian y que nos ayudan para tomar una u otra dirección antes de una construcción, yo os pregunto:

¿Creéis que nuestras vulnerabilidades influyen en nuestras decisiones?
¿Os dais cuenta de que las tenéis?

miércoles, 29 de octubre de 2014

¿ARGUMENTO O CORAZONADA?




 Hola corazones, nunca mejor dicho jejeje,... os acabo de dar una pista de mi opinión  acerca de este tema un poco polémico.

 Me explico; ambos son importantes pero queramos reconocerlo o no, cada uno de  nosotros tiende más hacia la intuición o hacia la racionalidad.

 Voy a hablar de arquitectura pero como siempre, lo que escribo también aplica a la vida, 
 sé que lo sabeis de sobra,...

 Yo me considero chica irracional pero liberad la mente de prejuicios por favor, con eso no  quiero decir que pase de argumentar, de razonar ni de ser lógica cuando tengo que serlo  ¡ojo!, pero soy más de sentir si algo está bien o no, de sentir si algo me gusta o no sin dar  razones, de seguir mis instintos y no tanto el sentido común, en idioma cursi, seguir a mi  alma,...

 Supongo que lo lúcido es aplicar la intuición o la razón según convenga sin agarrarnos a  una de ellas en todas las situaciones. En definitiva, saber discernir y ser flexibles.

 Con el proyecto final de carrera me pasó un poco ésto,... empecé a imaginarlo a través de  fotografías, leyendo poesía, escuchando a algún arquitecto que admiraba o a algún  personaje que valorara la belleza en todas sus vertientes independientemente de su  profesión.

 Empecé con una corazonada, una intuición, una estela que me empeñé en seguir, y luego  fui aplicando la lógica, técnicas, recursos y todo lo que tenía a mi alcance para materializar  aquello que quería representar.

 Pero no siempre actué de este modo, no.

 Realmente creo que no me escuchaba y quería ser tan racional, objetiva y políticamente  correcta como algunos de mis profesores: pero no les emocionaba cuando les enseñaba  mi proyecto y tampoco me emocionaba yo. ¿Qué pasaba?
  
 Yo cumplía la normativa, analizaba el entorno donde se iba a implantar mi edificio, tomaba  medidas, calculaba el soleamiento, estudiaba referencias de otras obras, leía acerca de la  tipología edificatoria, tomaba fotos de la parcela,... Y salía algo "correcto" sin más.

 No sabía desmelenarme, porque me daba miedo ser,... ridícula, no ser adecuada. Yo que  sé, miedo a ser yo.

 Reconozco que han habido pocos profesores que me hayan inspirado, quizá puede que yo  tampoco les haya inspirado a ellos.

 Hasta que llegó mi último proyecto, ahí partí de la emoción, fue mi punto de partida y me  salió bien, a la primera corrección convencí a mi tutor a pesar del temor que me entraba  cada vez que tenía que hablar.

 Me siento mucho más libre escribiendo, expresándome de otras maneras distintas al  lenguaje hablado.

 Él dijo una frase que recordaré siempre: Hay proyectos que tienen alma y otros que no.

 ¿Y de qué depende eso? Yo creo que del entusiasmo, cuando algo de verdad te gusta, te  gustas y lo irradias al otro,... y llega. Has de ser sincero, no fingir, no obligarte a nada que  no sientas o creas a pesar de lo que digan los profesores u otros arquitectos, cuestionarlo  todo y encontrar tu "MANERA DE HACER".

 Yo lo he conseguido pero fracasando muchísimas veces, equivocándome.

 Mi proyecto final me enseñó que la arquitectura es como un traje, te tienes que poner el de  tu talla, el que te haga sentir cómoda porque si no, aprieta, duele y te pone cara de malas  pulgas.

 Fue un museo de moda ¡¡no podía haber sido mejor!! jajajaja,...

 No puedes serte desleal.

Y aquí os dejo con 3 frases que refieren al mundo emocional, arquitectónico y artístico.

 "Los argumentos te pueden llevar a un determinado punto, pero más allá de éste, son  necesarias las corazonadas" (Místico indio Osho).

"La arquitectura se nutre de cosas ajenas... " (Arquitectos Ayala).

"El común denominador el cual el artista debe dirigir su expresión es lo sensual" (Rothko).

 Yo ya encontré mi lugar, soy más de corazonadas y lo digo alto y claro,.. 
¿Y tú de qué eres?

sábado, 4 de octubre de 2014

¿FIRMEZA O FLEXIBILIDAD?



¿Qué pasa cuando alguien coarta tu libertad? ¿Cómo te sientes?¿Acatas y bajas la cabeza o dices: ¡eeyy!?


No todas las situaciones son iguales ni requieren siempre un mismo grado de rebeldía o de obediencia. Es bastante complicado reducirlo todo a estas dos palabras; de hecho, no se puede. Hay diferentes grados y el punto medio se llama negociación.

Pero en general, todos actuamos siguiendo más una pauta que otra,…si te sale de forma natural ceder ante otro o agarrarte a tu opinión.
¿Qué cualidad crees que es la predominante en ti?

Está bien ser dócil, manso,… pero la moneda tiene dos caras,… a veces puedes caer en la manipulación o en la inseguridad,… 

También es posible que surja en ti una irreverencia, un atrevimiento con ciertas situaciones y te niegues a seguir patrones que no van contigo pero que se siguen, por eso son patrones. Y ahí eres sumamente obstinado.

¿Qué tiene de bueno cada cualidad? ¿Qué te está diciendo cada una de ellas?

A veces nos juzgamos y decimos:
No tendría que haber dicho/hecho ésto o aquéllo.
Y uno mismo puede ser su mayor juez o su mejor amigo. Hay personas a las que les es más fácil ser amigables con ellas mismas y otras que se juzgan con dureza. 

No puedo evitar relacionar todo esto con la acción de crear.

A veces, te empeñas en hacer algo, y te encabezonas tanto que quieres que todo encaje,… pero ¡no encaja! Y tú,… sigues sin ver por qué.
- ¿Qué no lo ves? Te dice alguien.
- No, no lo veo.
- ¿No te das cuenta de que esto no cuadra nada con lo que hay?
Y cuando te explica los motivos dices:
- ¡Aahh! Pues es cierto,… 

¡Uf! ¡Qué momento de lucidez! ¡Es maravilloso!
Cuando por fin ves la luz,…

Es tan enriquecedor compartir diferentes puntos de vista y que otros vean lo que tú no ves y que arrojen luz en tu asunto y en otro momento arrojar tú luz en los asuntos de ellos. 
¡Eso me encanta! 

Otras veces, te arriesgas poco y te sientes cómodo ahí, pero alguien lo ve y te hace una simple pregunta peleona de esas que desbaratan:
- ¿Y esto por qué lo has hecho así y no de esta otra forma?
- Eehh,… pues no me lo había planteado. Gracias por tu opinión.

Eso es docilidad, apertura, receptividad… Y con esa actitud creces.

Otras veces tienes las cosas muy muy claras respecto algo y para ti es así,… rechazas los consejos y las sugerencias, no te es difícil mantenerte firme, terco incluso. Y además estás seguro 100% de que funcionará. ¿Te ha pasado alguna vez?

Si lo miras bien, esa testarudez te está diciendo que quieres entender por ti mismo, experimentar por ti mismo, cuestionar las cosas dadas para probarlas y decidir en base a tus valores, preferencias o intenciones.

Eso es rebeldía, valentía, fidelidad a uno mismo. Y con esa actitud creces.

Yo siempre me hago una pregunta cuando mi rebeldía natural asoma por la puerta:
¿Me siento achatada y reacciono o realmente lo tengo claro y elijo decir no?
Porque es diferente observar y responder que reaccionar.

Cuando estoy en un estado de complacencia, me vuelvo a preguntar:
¿Me acomodo a las circunstancias o realmente me siento libre de hacer lo que elijo hacer en este momento? 

En ambos casos, opino que se crece,… equivocándote, rebelándote, confiando, desconfiando, cuestionando, entendiendo, aceptando, recibiendo,...

En la escuela cuando corregíamos los proyectos, teníamos que ser capaces de defenderlos a capa y espada y expresar nuestras ideas con convicción pero a la vez ser también ser permeables o receptivos a las explicaciones de nuestro tutor que pretendía sacar más jugo al proyecto. 

Yo casi siempre me posicionaba en uno de los dos extremos, me costaba encontrar el punto medio.

Si creas,… cualquier cosa vale,… es probable que descubras muchas cosas de ti mismo,… como me ha pasado a mí,... 

¿qué haces que no empiezas?

martes, 2 de septiembre de 2014

¿CARA A O CARA B?


     Foto: Manos pintadas por Picasso (1935)

"Quien sabe solo de arquitectura, no sabe nada de arquitectura" ; no sé a quien pertenece esta frase pero desde que la leí me intrigó, no lograba entenderla profundamente.

¿Cómo es posible que no sepas nada de arquitectura cuando constantemente estás aprendiendo sobre ella?

Cuando empecé a aprender esta disciplina y con el carácter obsesivo y entregado que tengo me dediqué en pleno a leer fuera de las clases todo lo que podía relacionado con la arquitectura. Poco a poco me fui olvidando de mi tiempo libre y todo se focalizó en un punto. Gran error, aunque entonces no lo sabía.

Devoraba libros, a pesar de no estar a la altura de algunos, pretendía realizar unos bocetos perfectos, dibujos que exploraban poco sino que mas bien querían imitar a los de los grandes maestros que veía en sus biografías. Las conversaciones eran siempre sobre arquitectura con compañeros de mi condición. 

Y ahora con el tiempo me doy cuenta de que ésa no era la mejor manera de aprender, o quizás era la manera del principiante, no lo sé, demasiado rígida pero necesaria para empezar en algo tan complejo. Quizás era eso. Una etapa natural que había que pasar.

A lo largo del tiempo, mi visión afortunadamente fue cambiando, madurando, volviéndose más flexible, iba descubriendo que arquitectura puede ser TODO, que todo está impregnado de ella.

Una gran dama que en realidad, está en todas partes.

Es una forma de mirar que te permite crear cosas y construirlas dado el caso para conseguir objetivos que funcionen.

Es tan abstracto el concepto que puede abarcar muchísimas cosas. 

La moda puede ser arquitectura cuyo resultado es un traje, también la danza con su correspondiente coreografía, las técnicas deportivas que desembocan en un resultado tangible, la tecnología y sus avances, el cuerpo humano con todos sus sistemas trabajando en perfecta armonía, la estética que da lugar a un maquillaje o a un nuevo peinado, las relaciones personales, las familiares, las afectivas y hasta las eróticas,... incluso un guión para lograr llevar a cabo una película, o una novela,... la concepción de un hijo, la gastronomía que nos regala el placer de lo sensorial, cualquier rama artística (escultura, pintura, dibujo,...), la fotografía que captura momentos, la jardinería, el diseño de ciudades, el funcionamiento de la mente y los comportamientos humanos,... 

Todo tiene un sistema de funcionamiento, unas reglas, pero a la vez existe un margen de creación individual que aporta la propia persona ya que todos tenemos una huella dactilar diferente y por tanto, dejamos, (queramos o no), nuestro sello en lo que hacemos, nosotros decidimos como utilizar esos conocimientos.

Visto desde esta óptica es mucho más interesante ¿no?
Porque las cosas encajonadas no pueden disfrutar de lo inabarcable si las mantienes encerradas. Es obvio. Pero como me costó comprenderlo e integrarlo.

Todo puede ser susceptible de convertirse en una idea que te lleve a crear un proyecto, te puede suceder escuchando una canción, en una simple conversación, en una situación cotidiana, en un sueño, en un libro,... es cuestión de estar super atento, ponerle creatividad y luego actuar.

Ahora sé que tenemos mucho campo de acción, que la arquitectura es multidisciplinar, eso es lo bonito y que hay espacio para todos. 

Lo que creamos habla de nosotros ¡siempre!

Y como somos seres emocionales y no racionales (por mucho que se empeñen algunos) podemos construir o destruir, a veces de forma intencionada y otras tantas de forma inconsciente, dominados por nuestro inframundo particular.

Si lo hacemos en positivo, construimos, si es en negativo, destruimos. 
Asi que, ¿qué elegimos?

¿Malas o buenas relaciones? ¿Violencia o armonía?
¿Buena apariencia o dejadez? ¿Limpieza o suciedad?
¿Paz o rencor? ¿Flores o maleza?
¿Aceptación o crítica? ¿Alegría o malhumor?

Los arquitectos tenemos 2 partes en nuestro interior, simplificando, podemos construir edificios y/o derribarlos.

Sospecho que cualquier profesión que desempeñemos en la vida siempre va a tener 2 caras.
Una vez un señor X me habló de ecuaciones que nadie quiere ver pero que lo son porque tienen la misma energía.
Los bomberos son en realidad pirómanos, los cirujanos asesinos, los banqueros ladrones, los fotógrafos voyeaurs y los psiquiatras neuróticos. Me hizo pensar y me pregunté que sería un arquitecto en su versión degradada.

Gracias a mi coach, pude identificar mi parte más irracional y destructora, y al aceptarla dejó de sabotearme. 

Es mi cara oscura, mi cara B. Y no hay que asustarse porque todos la tenemos; es mejor que sepamos que está ahí y que también somos eso. No darle mucha importancia y nunca pelearnos con ella porque nos ganará.

¡Te quiero cara B!

jueves, 21 de agosto de 2014

¿RUBIK O AJEDREZ?



Hoy voy a hablaros del cubo de Rubik ¿lo conocéis?

La mayoría de nosotros hemos jugado con él de pequeños o de adultos, ya que es un juego de estrategia apto para todos los públicos y durante años ha sido uno de los juegos más vendidos y populares.

Yo también tuve este rompecabezas tridimensional que además fue inventado por un arquitecto húngaro en los años 70. Y lo cierto, es que estaba horas entretenida con él.
Siempre he disfrutado de los juegos mentales donde has de utilizar la lógica y tu capacidad de análisis para ganar la partida, como el ajedrez y este cubo mecánico de 6 caras, cada una de 6 colores distintos.

Ambos necesitan observación, cálculo mental y acción.
Y según los movimientos que uno haga, pasarán ciertas cosas y se logrará el resultado en más o menos tiempo. 
Representan un desafío y a la vez son divertidos.

El objetivo del cubo es conseguir ordenar sus 6 caras por colores de forma que se hagan los mínimos movimientos posibles. 

En el ajedrez necesitas llegar al extremo opuesto del tablero con cualquier pieza de la forma más rápida posible.

Son 2 juguetes donde la matemática es importante y obligan a retar la inteligencia del que se atreve con ellos.

El cubo de Rubik tiene 6 colores que podrían representar 6 parcelas importantes para los seres humanos. A medida que avanzamos en la vida, tenemos que equilibrar los colores para colocarlos juntos (no mezclados) en su correspondiente cara y para ello tendremos que moverlos a la vez para conseguirlo.

Estas 6 parcelas podrían ser: Familia - Amistades - Pareja - Salud - Trabajo - Ocio

Cuando están compensadas sucede que nuestra vida tiene equilibrio y nos sentimos plenos.

Hemos de tener en cuenta todos los colores e irlos ordenando simultáneamente porque de lo contrario, nos encontraremos con una cara-color completo (ejemplo: el verde) y las demás caras con los colores completamente mezclados (ejemplo: verde con rojo, con azul y amarillo).

¿Qué significa ésto? 

Pues que hemos descuidado la salud por invertir demasiado tiempo y energía en el trabajo -por ejemplo; o que tenemos buena salud y una pareja que nos quiere pero que hemos dejado de lado nuestras amistades y nuestra familia -por poner otro ejemplo.

Las combinaciones son múltiples, pero ninguna de ellas satisfactoria.

Es algo así como conseguir armonía en cada una de las partes para que la balanza de nuestra vida no sea demasiado inestable. ¿No es maravilloso?

Pensé en este paralelismo gracias a una agradable velada con amigos, en la que se habló de metáforas, de filosofía y del famoso cubo. Uno de ellos me inspiró esta entrada, 
¡gracias por tu elocuencia R!

En un proyecto de arquitectura pasa algo parecido, en el proyecto final de carrera sobre todo ya tienes que ser capaz de aunar todos los elementos que intervienen en un edificio para que funcione de manera correcta y por supuesto, aporte valor, ya sea por su estética, su facultad de generar un espacio agradable y/o interesante, de reunir gente a su alrededor, de generar ciudad,...

Instalaciones, estructura, construcción, geometría, belleza, gasto energético, presupuesto, diseño, forma, luz, proporción, dimensión,...

Varias caras que tienes que cuadrar para que el proyecto te diga: ¡estoy listo!

El ajedrez es otro juego apasionante y curioso que se puede extrapolar también a la vida humana. A mi modo de ver, es un juego muy democrático.

Cada pieza tiene un valor y en función del mismo, se le permite un movimiento u otro o varios de ellos al tiempo. 
La pieza que tenga más libertad de movimiento evidentemente es la más valiosa y la que tiene más probabilidad de ganar la partida al contrincante.
Pero ¡ojo! 
Hay ocasiones en que la pieza más básica (el peón) puede ganar el juego, la pieza de menos recursos,... asi que amigos, lo importante es jugar bien nuestras cartas, aprovechar nuestro potencial, sea el que sea, da igual la posición que puedas tener, el entorno donde hayas nacido, la riqueza material que obtengas, tu status, tu libertad de acción,... al final la vida te sorprende y sobrevives inexplicablemente a todos los rivales -aparentemente- más fuertes. 

Y obviamente gracias a la actitud que adoptas, sabiendo de tu condición pero no dejándote intimidar ¡por nadie ni por nada!
Da igual si eres pieza negra o pieza blanca, cualquiera de ellas puede ganar y ninguna es superior ni inferior a la otra.

¿Está entendido? ¿No es una lección genial?

Al proyectar en la facultad yo solía compararme con otros compañeros y a menudo a la baja y sin ser muy consciente, yo misma me decía que no estaba a la altura de ellos. ¡Mentira!

Gracias a estos juegos, a mi capacidad de reflexión sobre todo lo que me rodea, a mis experiencias, y a mi sed insaciable de autoconocimiento, voy desaprendiendo ideas absurdas e inútiles.

Desaprender para aprender, y aprender bien. Estoy orgullosa de la persona en la que me estoy convirtiendo.

Cuando querais quedamos para echar una partida al ajedrez o retarnos al Rubik,  por mi parte ¡¡será todo un placer!! 

jueves, 3 de julio de 2014

¿RISA O SONRISA?



¡Qué gozada cuando puedes reírte de forma impetuosa!

Reirte pero de verdad, no esa media sonrisilla o esa mueca ladeada, no no,… una risa espontánea que cuando sale se olvida de formalidades, de entornos inadecuados o de protocolos. Ella es así, completamente indisciplinada.

Puede pasarte en situaciones de lo más variopintas y cuando menos lo esperas. 

Cuando estás en clase y tienes que escuchar al profesor, cuando estás en una ceremonia y hay ciertas normas a cumplir, cuando te encuentras en una situación delicada que requiere de seriedad, cuando estás en un entorno lleno de silencio,…

Al reírte con las entrañas, te sobreviene una sensación de relax y te invaden las emociones positivas, no hay remedio mejor para que salgan a la superfície.

Puedes fingir todo lo que quieras pero cuando te sale una risotada, sabes que algo se ha distendido en ti y comienzas a ser más tú.

¿Qué situaciones propician en ti la risa? es muy importante que estemos atentos a ellas porque ahí es donde nosotros nos divertimos, y si podemos enlazarlas con nuestra profesión, muchísimo mejor.

Puede ser una tarde con los amigos, degustar tu comida y bebida favorita, adoptar una actitud irónica, contar chistes, estar con niños, bailar, escuchar tu música preferida, los deportes de riesgo, motivar a los demás,…

Y siempre siempre, vas a experimentar una sensación de agradecimiento cuando surgen las carcajadas. Lo que sea que te las haya provocado, vas a recordarlo el resto de tus días sí o sí.

La risa une.

En el ámbito laboral o al hacer un trabajo intenso o que requiere de un esfuerzo intelectual y mucha responsabilidad, muchas veces nos ponemos sesudos y nos tensamos.

Me he encontrado con personas que combinaban a la perfección una meticulosidad propia de nuestra profesión con un sentido del humor impresionante y así, la tarea que llevaban entre manos se les hacía más liviana.

Admiro esa capacidad.

Tengo una amiga que es muy seria y concienzuda y cuando me cuenta algo que le ha pasado en su trabajo y que le inquieta sin poder remediarlo lo tiñe de dramatismo y mucho énfasis y cuando eso pasa llega un momento en que las dos nos echamos a reír y somos capaces de burlarnos de nuestras pequeñas idiosincrasias que por estar tan inmersas en nuestras preocupaciones no captamos y nos dejamos vencer por el agobio, que siempre está al acecho si no le paras los pies .

Por eso, es más necesario el sentido del humor a medida que se complica una tarea o te resulta excesivamente ardua.

Hay personas que tienen el muelle de la risa más suelto que otras pero seguro que cada uno/a tiene momentos donde las carcajadas toman el control.

También hay situaciones en las que te sientes ridículo, puede ser desde una caída a una actitud donde no has estado a la altura de la situación,…
Y esas son mis preferidas, las detesto pero a la vez me encantan porque te hacen ver que es buenísimo saber relativizar y ensanchan tu capacidad de tomarte menos en serio a ti mismo. 

Muchas veces te das cuenta de que lo que para ti es muy importante no tiene tanta importancia para los demás y viceversa.

Cada vez valoro más a esas personas que te alegran al día pero que a la vez son capaces de trabajar de forma impecable cuando lo requiere la situación demostrándote que el tópico de la seriedad en el trabajo es solo eso, un tópico.

Si observas a los niños, ves como utilizan el humor casi sin ser conscientes de ello. 
Ellos ven a "Superman" y se preguntan cómo puede ser capaz de volar; ellos no pueden pero,… inmediatamente se ponen manos a la obra,… han observado que ese hombre tiene una capa y que al volar coloca las manos extendidas hacia delante,… pues ellos hacen lo mismo y ¡¡se inventan que vuelan!!

Tú los ves y piensas: me encanta como haces que vuelas de mentira,…ja ja ja, ¡qué tiernos!

Qué importante la actitud que tomas ante esos momentos que te desestabilizan, ríete de lo absurdo, de esos momentos cómicos que te suceden porque son los que te dan calidad de vida y salud.

La risa,… esa compañera anárquica… me gusta cuando aparece en mi vida...

domingo, 1 de junio de 2014

¿PATINAJE O NATACIÓN?



Os preguntaréis: ¿Y qué tiene que ver la arquitectura y el deporte?
Bueno, ya me conocéis, yo encuentro conexiones donde quiera que ponga el ojo jajaja.

Siempre he sido buena nadadora, de hecho me apasiona nadar, desde pequeñita ya mi madre me lanzaba a la piscina sin flotador para que me espabilase.

Y hoy en día, soy adicta a hacer largos en la piscina (y si se tercia en el mar) sin parar, sobre todo cuando estoy estresada. Como es algo que me relaja no paro hasta que mi cuerpo me dice: ¡stop!

Y he practicado muchos deportes en mi vida hasta saber exactamente cuál era el que más se adaptaba a mí; patinaje, baloncesto, gimnasia rítmica, baile contemporáneo, atletismo, natación, yoga, tenis,... e indudablemente me quedo con el agua, elemento que también pertenece a mi signo zodiacal, casualidad o no tanta.

Desde siempre me ha llamado la atención este tema del zodiaco como algo divertido pero cuando descubrí que existían profesionales que se dedican a ello de forma seria, libros bien documentados, gente con la cabeza muy bien amueblada hablando de ello de forma muy reflexiva dejé de ser menos escéptica, aunque tengo que reconocer que esta faceta mía la mantengo un poco en secreto.

Como decía "Einstein", la ignorancia es muy osada y si estás abierta y receptiva a lo nuevo, investigas, profundizas y experimentas al final descubres cosas que hacen que te descubras tú. Y creo que así es.

He puesto un ejemplo claro de como la curiosidad hace que mires las cosas desde perspectivas diferentes.

"Einstein" también decía de sí mismo que no tenía ninguna capacidad extraordinaria, sino que tan solo era extremadamente curioso.

Soy fiel defensora de la gente que se atreve, osada, audaz, rebelde, original, aventurera, buscadora,... aunque hay muchas formas de serlo y no todas son visibles al exterior.

Incluyendo miedos e inseguridades que tenemos todos, valoro mucho lo que yo llamo coeficiente de agallas, aunque sea pequeñito. Todo lo pequeño se hace grande algún día, si se lo permites.

Cuando empecé con la natación, lo hice por cuestiones de salud y a la segunda brazada ya no podía más, pero me puse como meta hacer 10 largos por día. Terminaba sin poder respirar y con cansancio todo el día, pero continué.

Así estuve un tiempo hasta que conseguí nadar todos los días durante una hora sin descanso. Y ahora me encanta y lo disfruto.

Con el patinaje me pasó un poco lo mismo, al principio tenía pánico de coger velocidad y hacer piruetas pero luego al lanzarme las caídas no se hicieron esperar. De culo, de lado, del otro lado, golpe en los codos, golpe en la cadera, golpe en las rodillas y el golpe por excelencia, en la rabadilla ¡uf! como duele el maldito.

Y claro, esos moratones fueron mis fieles compañeros de viaje durante toda mi etapa roller. Cuando te has caído tantas veces ya no quieres caerte más y dejas de intentar, te vuelves prudente y patinas despacito y haces los ejercicios que dominas y solo esos.

Es difícil arriesgar cuando uno tiene poca experiencia, se ha caído muchas veces, se ha hecho daño y empieza a temer esa sensación. Entonces, se agarra a lo conocido. Es humano.

También tenemos que contar con eso, con los obstáculos y con nuestras limitaciones.

Lo más difícil es sostener la incertidumbre de: ¿lo sabré hacer?
Lo más difícil también es empezar.

Cada proyecto siempre es un nuevo reto. En arquitectura también. Y duele.

¿Y cómo se hace para llegar a hacer algo muy bien?
Yo pienso que estando abierto a todo para detectar qué es lo que hace que en verdad disfrutes. Y para eso hay que probar y probar mucho. Unos lo saben de inmediato y a otros les cuesta más.

Coeficiente de agallas para elegir lo que quieres hacer, conscientemente. 
Que parece muy obvio y fácil pero que no lo es.

Coeficiente de perseverancia para empaparte de ello hasta las últimas consecuencias y no desistir. Porque en lo que perseveras es en lo que serás bueno y en lo que abandones no lo serás.

Esas son las reglas, matizo, mis reglas. Y en ello estoy. 
Intento aplicarlas para que me ayuden en mi objetivo y como el patinaje a veces no lo consigo y como la natación muchas otras veces sí. 

Siempre intento responderme: ¿Cuáles son mis reglas? ¿vivo de acuerdo con ellas?

Intuyo que así encontraré el equilibrio.

domingo, 4 de mayo de 2014

¿SEDA O LADRILLO?



                                                                                                                                              Foto: Silk Pavilion (Neri Oxman)

¿Qué es lo que hace que unos arquitectos hagan cosas innovadoras y se atrevan a experimentar con nuevos materiales, técnicas o sistemas constructivos y otros que no?

El miedo.

Pero el miedo en verdad está visto como algo normal en nuestra sociedad e incluso valorado diría yo. Aunque nos creamos que no.

No somos del todo conscientes, porque siempre decimos que no hay que tener miedo, que no sirve de nada, que solo hace daño, y que te limita.

Pero ¿acaso tú no te limitas? ¿en qué te limitas? Si te pones límites en algo, sea en lo afectivo, en lo profesional, en lo emocional, en lo mental,… también estás teniendo miedo, aunque se disfrace de muchas otras cosas.

Miedo a atreverte, miedo a perder algo, miedo a conseguir, miedo a sentir, miedo a no saber, miedo a saber, miedo a parecer, miedo a fallar,… hay para todos los gustos. 

Me he puesto a pensar en una noticia que leí últimamente y que me impactó.

Una arquitecta ha construido una estructura con seda. Y así de extraño como suena os lo digo, pero se ha hecho. Y es una mujer que cuando leí la noticia pensé:
Esta tía seguro que no se pone límites.
Porque si se pusiera de antemano ya lo hubiera visto como algo ¡absurdo!

¿Y cuantas veces hacemos eso?
Nos dejamos vencer por la vocecita cojonera que no para de hablar:
¿Y eso de qué te sirve? Te vas a complicar. No te interesa. No es productivo. Van a pensar que eres rara. Tienes que ser igual que todos. No destaques. Es inútil querer inventar nuevas construcciones. Ya todo se ha hecho. Vas a inventar tú ahora la penicilina. Es arriesgado y difícil. No son tiempos para experimentar con algo cuyo alcance no sabes. 

PUES NO. No todo se ha hecho. Aunque parezca mentira y suene soberbio decirlo. 
No todo. Y no es iluso pensar así.

Einstein ya lo decía:
"La imaginación es más importante que el conocimiento". 

¿Y si pensáramos que lo que ocurre en nuestro mundo exterior ya ha sucedido en nuestro mundo interior? Pensar así me da personalmente una fuerza de pantera.

Pero no nos queremos dar cuenta y seguimos ensalzando el miedo y a la imaginación la pobre no le hacemos mucho caso y anda descarriada.

En las profesiones creativas hay gente con muchos prejuicios y gente con pocos o ninguno. Hay profesionales que te inspiran e impulsan a dar lo mejor que tienes, a retarte, a reflexionar, que te inspiran, incluso te hacen dudar para que pienses por ti mismo y no te conformes con la solución fácil.

Pero hay otros que como se autolimitan y son comodones, pues te dan el paquete de regalo para que también tú lo aceptes y calles esa voz bobalicona propia de soñadores e idealistas tan ingenua. 

Yo de momento alas no tengo pero espero que me crezcan algún día y volar a mi manera. 
En ello estoy, intentando poco a poco limitarme cada vez menos. 
Y me sirve de mucho cuando oigo, leo o/y veo a alguien que no lo hace.

Se me ocurren varias formas sencillas para dejarnos llevar por esa voz:

Leer libros que te inspiren, hacer cosas que te generen entusiasmo, observar a las personas que ya han logrado lo que tú anhelas, soñar en grande, conocer tus talentos y confiar en tu potencial que solo con eso ya tienes mucho adelantado.
Todo estas cosas son el primer paso, después viene dar el salto y aplicar una metodología para materializarlo porque si no, se quedaría en semilla y sería una pena.

Que nada te limite, si quieres te limitas tú, hasta para eso tienes que tener carácter.

Otro artista que admiro es un fotógrafo reconocido a nivel internacional que juega con los objetos creando metáforas con ellos.

Lo cierto es que el miedo también es bueno, sino, seríamos unos kamikazes que no tendríamos en cuenta las consecuencias de nuestros actos o decisiones.
O puede que de acuerdo a nuestra historia personal o circunstancias no podamos permitirnos el atrevernos a realizar lo que de verdad nos motiva o queremos o nos gustaría.
Estas preguntas ya las dejo a cada uno/a. 

Os transcribo unas palabras de cada uno de ellos sobre los límites.


CHEMA MADOZ
“La vida ya se encarga de ponernos límites ¿no?, que no seamos nosotros mismos los que nos encarguemos de limitarnos. Cualquier momento de nuestra vida puede ser el momento adecuado para dar un salto o para dar un giro ¿no? a lo que ha sido nuestra vida hasta ese momento,…”

NERI OXMAN
"No quiero diseñar edificios tal como he aprendido". Quiero cuestionar lo que significa diseñar un edificio. No hay nada que yo considere inalcanzable o inabordable o inconcebible".

Y acabaré mi entrada con una frase que me han repetido hasta la saciedad en la carrera de arquitectura e incluso algunos compañeros de profesión se la han tragado y también me la han dicho en ocasiones,… porque lo que yo creo es que nadie empieza la carrera de arquitectura o de diseño pensando de esta manera.

Gracias CHEMA MADOZ 
http://www.chemamadoz.com/


y gracias NERI OXMAN 
http://web.media.mit.edu/~neri/site/index.html

Y me arriesgo a parecer “ilusa”  y lo entrecomillo.


No está todo inventado, menos mal. ¡¡¡Y que alegría!!!

domingo, 30 de marzo de 2014

¿CONFIANZA O DESCONFIANZA?



Hace unos días que estoy muy enfadada.

Y no sé como empezar a relataros todos los sentimientos que estoy experimentando y todas las cosas que se me pasan por la mente en estos momentos.

Hoy quiero hablaros de la intuición, que va, a mi entender totalmente ligada a la confianza. Pero es que muy pocos sabemos usarla. Yo tampoco, estoy aprendiendo.

No nos han enseñado y lo que prima es la desconfianza hacia el mundo, la desesperanza, el escepticismo, el protegerse para no ser dañado, el dañar tu primero para que no te dañen a ti después, la famosa coraza que impide el paso, y mil historias más que me cabrean sobremanera.

En definitiva, es la confianza frente a la desconfianza, ese es el quid de la cuestión. O el corazón frente a la cabeza. Porque la cabeza piensa, no sabe sentir, y el corazón hace la operación inversa.

Para el alma es mucho mejor decir: ten paciencia, todo llegará a su tiempo, muéstrate para que te conozcan y te puedan querer, es valiente ser vulnerable, confía que seguro que esto te servirá, vas a aprender si te expones, da confianza para que confíen en ti,…

A la hora de abordar un proyecto, tengo clarísimo que palabra elegiría: CONFIANZA. 
Y lo tengo clarísimo, porque no siempre la he elegido, pobre, mira que me susurraba que la eligiera pero simplemente yo estaba demasiado asustada y la rechazaba, una y otra vez. 
Y claro, me sentía mal, pero en aquella época no me daba cuenta y sufría.

En cualquier proyecto, y más si es creativo, hay momentos de pánico, de bloqueo creativo, valga la redundancia, y otros muchos que si los tomas como parte del proceso, son ellos los que te llevan a la solución pero si aceleras esos tiempos, acaba saliendo algo forzado.
Un parto que te deja muy insatisfecha. 
Y después de todo el embarazo, que salga algo feo, pues te deja rota.

Porque lo que ha pasado un proceso de maduración, siempre es más completo, más bello, más sereno en definitiva.
Quien haya creado algo, lo sabe, nota esa cualidad serena de la que hablo, esa armonía.
Pero no es nada fácil porque tienes que rendirte a que encontrarás la solución aunque todo apunte a que estás muy lejos de ella todavía. 

Y ello requiere mucha mucha confianza.

En las situaciones cotidianas, estamos muy acostumbrados a desconfiar, y no escuchar con atención lo que nos dice nuestro instinto, y es que además ¡¡hay tantas distracciones!! pero es que él es salvaje, absurdo, irracional y muchas veces incoherente. 
Y como vivimos en una sociedad que controla absolutamente todo, 
¿Qué hemos aprendido a hacer? A controlar y eso es lo que hacemos con nuestro instinto, lo reprimimos y le decimos:Tchsss, tu ahí quietecito ¿eh? 
Ni se te ocurra abrir la boca, no me vayas a dejar mal.
Pero realmente él es muy divertido, nos pone en ocasiones de lo más comprometedoras jajajaja… porque le encanta provocar.

Hace poco hablaba con 2 amigas de un asunto que me tenía muy entusiasmada, una de ellas me animaba a realizarlo, a probar, a experimentar y ambas nos imaginábamos como llegaría a hacerlo y con las pistas que teníamos intuíamos cual podría ser el resultado.
En cambio, mi otra amiga era mucho más escéptica, no lo veía claro, e incluso me dijo que iba a sufrir y que luego lo lamentaría, que ella me estaba protegiendo, que me lo advertía y que tuviera muchísimo cuidado.

Te puedes imaginar las sensaciones tan dispares que tuve,… aunque ambas a su forma me estaban cuidando, de eso no lo dudo.

¿Qué crees tú que es mejor? 
¿Qué te animen a realizar algo aunque pueda llevar algunos riesgos o que te protejan para evitarte una posible caída?
¿Crees que proteger a alguien significa cortarle las alas y disuadirle de lo que realmente le da entusiasmo y motivación?
¿Crees que se crece más cuando alguien no tiene miedo y te alienta a que tú tampoco lo tengas?

A todo ello, no estamos hablando de hacer algo peligroso, aunque pensándolo bien, cada persona considerará peligroso ciertas cosas, unos la rutina, la complacencia, lo previsible, la comodidad, la seguridad,… y otros la rebeldía, el inconformismo, el riesgo, lo imprevisible, la libertad,…

Lo que trato de decir en este post, es que hay que utilizar unas u otras en función del contexto y según las circunstancias pero en lo que respecta a nosotros y a lo que sentimos, creo que está bien deja fuera toda realidad y centrarnos en lo que percibimos, y si para ello hace falta recoger datos los recogeremos y si hace falta observar la realidad, lo haremos,… para finalmente sopesar todo eso y elegir una solución que puede que sea la más lógica o ¡¡la menos!! pero si la hemos decidido desde nosotros, esa decisión tendrá sentido.

A veces la realidad tiene las de perder cuando se encuentra con la percepción.
La percepción es como una ventana que solo tú ves cuando no necesariamente la ven los demás.

Y como reflexión final, te dejo con esta preciosa frase:

"Habrá veces en tu vida en que tu instinto te diga que hagas algo que desafía toda lógica; cuando eso suceda: ¡HAZLO! Puede que sea un susurro del alma".