jueves, 21 de agosto de 2014

¿RUBIK O AJEDREZ?



Hoy voy a hablaros del cubo de Rubik ¿lo conocéis?

La mayoría de nosotros hemos jugado con él de pequeños o de adultos, ya que es un juego de estrategia apto para todos los públicos y durante años ha sido uno de los juegos más vendidos y populares.

Yo también tuve este rompecabezas tridimensional que además fue inventado por un arquitecto húngaro en los años 70. Y lo cierto, es que estaba horas entretenida con él.
Siempre he disfrutado de los juegos mentales donde has de utilizar la lógica y tu capacidad de análisis para ganar la partida, como el ajedrez y este cubo mecánico de 6 caras, cada una de 6 colores distintos.

Ambos necesitan observación, cálculo mental y acción.
Y según los movimientos que uno haga, pasarán ciertas cosas y se logrará el resultado en más o menos tiempo. 
Representan un desafío y a la vez son divertidos.

El objetivo del cubo es conseguir ordenar sus 6 caras por colores de forma que se hagan los mínimos movimientos posibles. 

En el ajedrez necesitas llegar al extremo opuesto del tablero con cualquier pieza de la forma más rápida posible.

Son 2 juguetes donde la matemática es importante y obligan a retar la inteligencia del que se atreve con ellos.

El cubo de Rubik tiene 6 colores que podrían representar 6 parcelas importantes para los seres humanos. A medida que avanzamos en la vida, tenemos que equilibrar los colores para colocarlos juntos (no mezclados) en su correspondiente cara y para ello tendremos que moverlos a la vez para conseguirlo.

Estas 6 parcelas podrían ser: Familia - Amistades - Pareja - Salud - Trabajo - Ocio

Cuando están compensadas sucede que nuestra vida tiene equilibrio y nos sentimos plenos.

Hemos de tener en cuenta todos los colores e irlos ordenando simultáneamente porque de lo contrario, nos encontraremos con una cara-color completo (ejemplo: el verde) y las demás caras con los colores completamente mezclados (ejemplo: verde con rojo, con azul y amarillo).

¿Qué significa ésto? 

Pues que hemos descuidado la salud por invertir demasiado tiempo y energía en el trabajo -por ejemplo; o que tenemos buena salud y una pareja que nos quiere pero que hemos dejado de lado nuestras amistades y nuestra familia -por poner otro ejemplo.

Las combinaciones son múltiples, pero ninguna de ellas satisfactoria.

Es algo así como conseguir armonía en cada una de las partes para que la balanza de nuestra vida no sea demasiado inestable. ¿No es maravilloso?

Pensé en este paralelismo gracias a una agradable velada con amigos, en la que se habló de metáforas, de filosofía y del famoso cubo. Uno de ellos me inspiró esta entrada, 
¡gracias por tu elocuencia R!

En un proyecto de arquitectura pasa algo parecido, en el proyecto final de carrera sobre todo ya tienes que ser capaz de aunar todos los elementos que intervienen en un edificio para que funcione de manera correcta y por supuesto, aporte valor, ya sea por su estética, su facultad de generar un espacio agradable y/o interesante, de reunir gente a su alrededor, de generar ciudad,...

Instalaciones, estructura, construcción, geometría, belleza, gasto energético, presupuesto, diseño, forma, luz, proporción, dimensión,...

Varias caras que tienes que cuadrar para que el proyecto te diga: ¡estoy listo!

El ajedrez es otro juego apasionante y curioso que se puede extrapolar también a la vida humana. A mi modo de ver, es un juego muy democrático.

Cada pieza tiene un valor y en función del mismo, se le permite un movimiento u otro o varios de ellos al tiempo. 
La pieza que tenga más libertad de movimiento evidentemente es la más valiosa y la que tiene más probabilidad de ganar la partida al contrincante.
Pero ¡ojo! 
Hay ocasiones en que la pieza más básica (el peón) puede ganar el juego, la pieza de menos recursos,... asi que amigos, lo importante es jugar bien nuestras cartas, aprovechar nuestro potencial, sea el que sea, da igual la posición que puedas tener, el entorno donde hayas nacido, la riqueza material que obtengas, tu status, tu libertad de acción,... al final la vida te sorprende y sobrevives inexplicablemente a todos los rivales -aparentemente- más fuertes. 

Y obviamente gracias a la actitud que adoptas, sabiendo de tu condición pero no dejándote intimidar ¡por nadie ni por nada!
Da igual si eres pieza negra o pieza blanca, cualquiera de ellas puede ganar y ninguna es superior ni inferior a la otra.

¿Está entendido? ¿No es una lección genial?

Al proyectar en la facultad yo solía compararme con otros compañeros y a menudo a la baja y sin ser muy consciente, yo misma me decía que no estaba a la altura de ellos. ¡Mentira!

Gracias a estos juegos, a mi capacidad de reflexión sobre todo lo que me rodea, a mis experiencias, y a mi sed insaciable de autoconocimiento, voy desaprendiendo ideas absurdas e inútiles.

Desaprender para aprender, y aprender bien. Estoy orgullosa de la persona en la que me estoy convirtiendo.

Cuando querais quedamos para echar una partida al ajedrez o retarnos al Rubik,  por mi parte ¡¡será todo un placer!!