sábado, 6 de diciembre de 2014

¿MOSTRAR O ESCONDER?



¡Hola a todos!
Hoy voy a hablar de la vulnerabilidad.

Podría buscar la palabra en el diccionario y aburriros con su definición exacta, pero lo que haré será deciros lo que significa para mí.

De todo lo que he aprendido estos últimos años sobre temas humanistas y de autoconocimiento entre otros, me llamó la atención una teoría que clasifica a las personas en 3 tipos:

-los que primero hacen.
-los que primero piensan.
-y los que primero sienten.

Dada mi infinita curiosidad inmediatamente pensé: ¿qué seré yo?

Y me sorprendí a mí misma cuando creí que actuaba de una determinada manera y al observarme detenidamente me di cuenta de que actuaba de otra. Es lo que tiene el ser un poco despistada. No es fácil escucharse y entenderse.

Esta teoría dice más o menos lo siguiente:

-Si perteneces al 1º grupo, actúas en primer lugar para después pensar y luego sentir. Y lógicamente te atreves más, no obstante puedes cometer más errores, lo que implica un mayor aprendizaje y experiencia.

-El 2º grupo es más cerebral, no tan instintivo, piensan primero, luego sienten y finalmente evalúan la situación y actúan. La conclusión viene al final, todo lo contrario al primer grupo. Son más prudentes que impulsivos, necesitan asegurarse más con lo que suelen ser más eficaces.

-El 3º grupo se conecta con el mundo a través del sentir, a continuación actúan en base a sus emociones y sentimientos y por último piensan. Son los que mayor atención buscan, son menos independientes y más colaborativos que los anteriores y les gusta expresar lo que sienten antes que lo que deben, con lo que resultan más agradables para su entorno.

Toda esta información que vino a mí en un momento dado, me ayudó enormemente a comprenderme mejor y dada mi tendencia deconstructivista la desmonté, la cuestioné y la filtré después según mi punto de vista.

¿Por qué os cuento todo ésto?
 Pues porque cada persona es un conglomerado de habilidades, virtudes, defectos, inseguridades, certezas, creencias,... que la hace única.

Al igual que un edificio o una construcción.

Hemos de desgranarlo y analizarlo para saber verlo y entenderlo bien, sin cometer errores de observación, sin prejuzgarlo antes de tiempo y sin quedarnos en simplificaciones.

Cada edificio/persona muestra en una primera mirada ciertas características; en una segunda mirada otras más y en una tercera y más profunda su esencia completa.

Ahí es cuando de verdad la conoces, y para ello necesitas mirar muchas veces y hacerlo correctamente. Y por supuesto tiempo, porque no es nada fácil y el proceso está lleno de trampas.

-Si actúas, sientes y piensas, tu impulsividad te impide pensar bien.
-Si piensas, sientes y actúas, tu racionalidad te impide pasar a la acción rápidamente.
-Si sientes, actúas y piensas, tu emocionalidad te impide pensar bien.

En los tres casos, hay una virtud y un defecto. Un punto fuerte y uno débil. Una vulnerabilidad y una fortaleza.

Hay incluso hasta ejemplos de personajes categorizados en estas tres tendencias y es curioso estudiarlos para poder comprender mejor su personalidad.

Evidentemente, todo esto son teorías y habrá veces que sigamos las tres tendencias sin identificarnos completamente con ninguna, sin embargo, no está mal averiguar cúal es la dominante en uno mismo.

Cuando decimos que algo o alguien es vulnerable ¿de qué hablamos? 
Hablamos de algo que nos afecta, que nos penetra, nos rendimos a ello sin decidirlo objetivamente con la cabeza. Es algo a lo que no nos podemos resistir.
"Soy vulnerable a la belleza", "Soy vulnerable al alcohol", "Soy vulnerable a las críticas".
¿Se entienden los ejemplos?

Con ésto quiero decir que hay varias maneras de abordar un edificio de arquitectura; dando por supuesto un formación del profesional en cuestión, la actitud con la que encaras un proyecto puede ser absolutamente diferente de la de tus compañeros.

¿Por qué hay opiniones tan dispares en cuanto a qué es buena o mala arquitectura? Yo todavía no sé la respuesta y sigo intentando resolver la pregunta.

Hay actitudes tan dispares entorno a ello...

¿En qué casos se debe revestir un material y en qué casos se debe mostrar desnudo en su forma original? ¿de qué nos escondemos y qué mostramos al hacerlo?

¿Cuando apostar por el horizonte, la línea horizontal, lo infinito y cuando decidirnos por la verticalidad, la altura, el monumento? ¿qué estamos escondiendo o pretendiendo mostrar con una u otra decisión?

¿En qué casos hay que minimizar el impacto de una construcción en el paisaje y en cuales hay que destacarse?

Dejando de lado criterios y parámetros arquitectónicos que se estudian y que nos ayudan para tomar una u otra dirección antes de una construcción, yo os pregunto:

¿Creéis que nuestras vulnerabilidades influyen en nuestras decisiones?
¿Os dais cuenta de que las tenéis?

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