sábado, 4 de octubre de 2014

¿FIRMEZA O FLEXIBILIDAD?



¿Qué pasa cuando alguien coarta tu libertad? ¿Cómo te sientes?¿Acatas y bajas la cabeza o dices: ¡eeyy!?


No todas las situaciones son iguales ni requieren siempre un mismo grado de rebeldía o de obediencia. Es bastante complicado reducirlo todo a estas dos palabras; de hecho, no se puede. Hay diferentes grados y el punto medio se llama negociación.

Pero en general, todos actuamos siguiendo más una pauta que otra,…si te sale de forma natural ceder ante otro o agarrarte a tu opinión.
¿Qué cualidad crees que es la predominante en ti?

Está bien ser dócil, manso,… pero la moneda tiene dos caras,… a veces puedes caer en la manipulación o en la inseguridad,… 

También es posible que surja en ti una irreverencia, un atrevimiento con ciertas situaciones y te niegues a seguir patrones que no van contigo pero que se siguen, por eso son patrones. Y ahí eres sumamente obstinado.

¿Qué tiene de bueno cada cualidad? ¿Qué te está diciendo cada una de ellas?

A veces nos juzgamos y decimos:
No tendría que haber dicho/hecho ésto o aquéllo.
Y uno mismo puede ser su mayor juez o su mejor amigo. Hay personas a las que les es más fácil ser amigables con ellas mismas y otras que se juzgan con dureza. 

No puedo evitar relacionar todo esto con la acción de crear.

A veces, te empeñas en hacer algo, y te encabezonas tanto que quieres que todo encaje,… pero ¡no encaja! Y tú,… sigues sin ver por qué.
- ¿Qué no lo ves? Te dice alguien.
- No, no lo veo.
- ¿No te das cuenta de que esto no cuadra nada con lo que hay?
Y cuando te explica los motivos dices:
- ¡Aahh! Pues es cierto,… 

¡Uf! ¡Qué momento de lucidez! ¡Es maravilloso!
Cuando por fin ves la luz,…

Es tan enriquecedor compartir diferentes puntos de vista y que otros vean lo que tú no ves y que arrojen luz en tu asunto y en otro momento arrojar tú luz en los asuntos de ellos. 
¡Eso me encanta! 

Otras veces, te arriesgas poco y te sientes cómodo ahí, pero alguien lo ve y te hace una simple pregunta peleona de esas que desbaratan:
- ¿Y esto por qué lo has hecho así y no de esta otra forma?
- Eehh,… pues no me lo había planteado. Gracias por tu opinión.

Eso es docilidad, apertura, receptividad… Y con esa actitud creces.

Otras veces tienes las cosas muy muy claras respecto algo y para ti es así,… rechazas los consejos y las sugerencias, no te es difícil mantenerte firme, terco incluso. Y además estás seguro 100% de que funcionará. ¿Te ha pasado alguna vez?

Si lo miras bien, esa testarudez te está diciendo que quieres entender por ti mismo, experimentar por ti mismo, cuestionar las cosas dadas para probarlas y decidir en base a tus valores, preferencias o intenciones.

Eso es rebeldía, valentía, fidelidad a uno mismo. Y con esa actitud creces.

Yo siempre me hago una pregunta cuando mi rebeldía natural asoma por la puerta:
¿Me siento achatada y reacciono o realmente lo tengo claro y elijo decir no?
Porque es diferente observar y responder que reaccionar.

Cuando estoy en un estado de complacencia, me vuelvo a preguntar:
¿Me acomodo a las circunstancias o realmente me siento libre de hacer lo que elijo hacer en este momento? 

En ambos casos, opino que se crece,… equivocándote, rebelándote, confiando, desconfiando, cuestionando, entendiendo, aceptando, recibiendo,...

En la escuela cuando corregíamos los proyectos, teníamos que ser capaces de defenderlos a capa y espada y expresar nuestras ideas con convicción pero a la vez ser también ser permeables o receptivos a las explicaciones de nuestro tutor que pretendía sacar más jugo al proyecto. 

Yo casi siempre me posicionaba en uno de los dos extremos, me costaba encontrar el punto medio.

Si creas,… cualquier cosa vale,… es probable que descubras muchas cosas de ti mismo,… como me ha pasado a mí,... 

¿qué haces que no empiezas?

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